La fiesta de la Asunción de María
La Asunción
La fiesta de la Asunción de María nos recuerda varias cosas:
- Que María, por su estrecha unión con su hijo, participa de su suerte;
- Que así como su hijo resucita en cuerpo y alma (es decir, la totalidad de la persona), lo mismo pasa con María;
- Que, a igual que el hijo, ella también es conservada inmune de la corrupción del sepulcro y, finalmente,
- Que, vencida la muerte, es levantada a la suprema gloria del cielo1
María en relación a su hijo
Primero ante todo esta fiesta quiere decirnos que todo lo que se dice de María, de su dignidad y esplendor, se dice en relación a su hijo. Lo describe muy bien el papa Pio XII: Parece como imposible imaginar a aquella que concibió a Cristo, le dió a luz, le alimentó con su leche, le tuvo entre sus brazos y le estrechó contra su pecho, separada de El después de esta vida terrena, si no con el alma, si al menos con el cuerpo.
Significado de la Asunción
Es por esta razón que con esta fiesta la Iglesia nos quiere decir que:
- María vence la muerte de forma total (concepto expresado con la idea de la incorruptibilidad de cuerpo en el sepulcro. En otras tradiciones, también se cuenta que María no muere, sino que se duerme. Ello me recuerda la historia de la niña de Jairo (Mc 5,39), que todos decían muerta y que Jesús afirma estar durmiendo. De esta forma, la fiesta de la Asunción nos recuerda que, como cristianos, estamos llamados a ir más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos y mirar con otros ojos, con la mirada de Dios, para ver que la muerte no es lo definitivo sino que ella es solo un transito, un paso necesario para la plenitud.
- Esta plenitud María no la recibe por sus méritos, sino por gracia de Dios, Esto se expresa con la formula “es levantada a la suprema gloria del cielo”, porque la forma pasiva nos recuerda que, como María, nosotros también seremos resucitados, en cuanto en la resurrección el protagonista es Dios que nos levanta, porque es solo gracias a él que nos levantamos. La gloria del cielo es la unión con Dios, desde tiempos antiguos imaginado viviendo en el cielo, el lugar donde no están los seres humanos.
El cuerpo de María
¿Es el cuerpo de María, tal como el cuerpo de Jesús, exactamente el mismo cuerpo de su existencia terrenal? Pablo nos habla de cuerpo glorioso (1Cor 15,42), para decirnos que el cuerpo resucitado es transformado, transfigurado. De la misma forma, también los evangelistas nos hablan de la dificultad que tienen los discípulos en reconocer al Resucitado (cf. los discípulos de Emaús o María Magdalena, por ejemplo). Esto nos lleva a afirmar que también el cuerpo de María, aún siendo el templo que vio gestar y nacer al Redentor, tuvo la misma suerte de su hijo, siendo ahora un cuerpo glorioso. ¿Qué es exactamente este cuerpo glorioso? Tendremos que esperan un poco más para saberlo con más detalles…
Conclusión
En fin, la fiesta de la Asunción nos recuerda que lo que pasa con María es la meta para todos nosotros: que la muerte no es la palabra definitiva, que estar en unión con Dios significa hacerlo nacer y gestarlo ya en nuestro interior, por la fuerza del Espíritu, que esta unión es plena y definitiva solo a través de la muerte y que, como creyentes, estamos llamados a desarrollar una cierta sensibilidad para ir más allá de lo que nos cuentan nuestros sentidos y descubrir que toda la realidad nos habla de un Dios que nos ama de forma infinita.